¡Hey, soy Isaac! 🧭
Únete a este viaje sin mapas, pero lleno de descubrimientos. Reflexiones, aprendizajes y relatos para quienes nunca dejan de estar En Ruta.
🇺🇬 Los próximos 38 días… ¡desde Uganda!
Isaac, ¿sabes que nos están esperando en la biblioteca para reunirnos con los docentes?, me pregunta Chelo. Miro el reloj, son las 9:00 de la mañana. Reviso el calendario, tenía anotada la reunión a las 16:30.
Busco a Samary, la directora del colegio. Ha habido una falta de comunicación. Me adapto.
Mando un mensaje a Rafa, habíamos quedado hoy para pasar el día en la ciudad: Fort Portal. Les digo a los chicos que se adelanten con el boda boda y que me reuniré con ellos más tarde. Tengo dudas de si podré bajar. Más bien, si merece la pena los 40 minutos de trayecto para las pocas horas que estaré.
La reunión va bien. Salgo contento. Los docentes nos comparten los temas sobre los que van a investigar durante el próximo trimestre. Servirán para introducir una docencia basada en la evidencia o, al menos, en la información. Chelo y yo anotamos ideas y comentamos algunos detalles de las propuestas. Nos centran en el proceso más que en el resultado.
Todavía hay flecos por pulir. Algunos docentes no terminan de entender, o de aplicar, lo que exactamente buscamos, que se resume en escoger una temática educativa, plasmar las razones de su elección, investigar la teoría y, a partir de esa teoría, pensar propuestas prácticas para el aula.
Es un cambio importante. Y, como tal, va a llevar tiempo. Sigo convencido que la formación docente es el principal factor para una mejora de la calidad educativa. Apostamos por ello.
Llega John Ochwa con el boda y, en ese instante, suena el móvil. Es Rafa. Me dice que me esperan en el Spanish bar, y que le diga a John que vaya “bwangu bwangu”, así puedo llegar en apenas media hora.
Ir en la moto, sin casco y con unas carreteras de arena llenas de baches es toda una aventura. La velocidad a la que vamos me va bien, me permite disfrutar de un paisaje donde predomina el verde de los matokes. Me siento afortunado.
Me reuno con la tropa. Me alegra ver a Rafa en, lo que ya podríamos decir, su ciudad. Nos ha preparado una ruta matinal que combina a la perfección el turismo con lo local.
Hacemos la primera parada en, como no podría ser de otro modo, la obra que lidera: una casa privada para la familia de un amigo suyo. Está casi terminada. Observamos a los trabajadores, las herramientas o cómo usan un tubo con agua para asegurar el nivel del suelo. Preguntamos y Rafa nos explica todo al detalle.
Vuelvo a sentirme afortunado de poder observar tan de cerca la realidad local, enriquecida con la experiencia y la mirada de un compatriota.
Segunda parada: el mirador de los tres lagos (aunque este no era su nombre). Esta zona está llena de lagos formados en los cráteres de antiguos volcanes. Aunque, a decir verdad, no sé si un volcán deja de serlo alguna vez. Las vistas son preciosas. La subida al mirador me recuerda que, desde que llegué, no he salido a correr. Lo noto.
La vuelta al centro de la ciudad está pasada por agua. Las gotas chocan contra nuestras cabezas desnudas. Los bodas siguen su ritmo. En ningún momento se siente inseguridad, aunque te mentiría si dijera que no pensé en varios momentos cómo saltaría de la moto en caso de verme en peligro y qué haría al rozar la tierra.
Un chico precavido. Quizá, a veces, demasiado.
Aunque la mayor parte de la ruta la hemos hecho en moto, el traqueteo y los baches son la excusa perfecta para sentarnos en un bar local a comer. Tercera parada.
Rafa, como buen -casi- local, nos aconseja. La comida está deliciosa. Nos ponemos las botas.
Javier y él cuentan que la forma de servir aquí la comida es muy parecida a como se hacía hace unos años en nuestro país. Pedimos de plato principal alubias y, para acompañarlo -y gratis-, pedimos arroz, patata dulce, matoke y posho.
El día ha sido excepcional. Diferente. Local.
Llego a Kelele exhausto. La noche de elecciones (ya no sé ni cuantas van) es rara. Recuérdame que te la cuente.



🌠 Destellos
Un abrazo de bienvenida y de “hasta luego” con Rafa.
La conversación con Bosco.
Ver utilizar el agua y la gravedad como nivelador.
Los trayectos en boda.
El “hasta luego” a Txete, Coral y los amigos.
Un cuadro que me regala y dedica Coral. Lo guardo como oro en paño.
La lluvia en la cara.
La amistad.